
La correcta higiene de tanques, cisternas o almacenamientos de agua domiciliaria es una medida indispensable para preservar nuestra salud y en consecuencia la calidad de vida dentro del hogar. La contaminación, las variaciones climáticas y otros factores externos deterioran las condiciones del agua que consumimos. Entre los factores más comunes encontramos la acumulación de sedimentos barrosos que fomentan la crianza de todo tipo de organismos nocivos. Dicho riesgo, además, no se presenta solo cuando se bebe el agua sino también cuando la misma es utilizada para cocinar o higienizarnos. Por lo tanto, para evitar este problema y conservar el agua en óptimas condiciones es necesaria la desinfección periódica, al menos dos veces al año, de dichos depósitos.