Los roedores aprovechan el calor para reproducirse.
potenciales transmisores de enfermedades como el virus Hanta, la peste bubónica, la salmonelosis o la leptospirosis, entre otras, aprovechan el calor para reproducirse exponencialmente
1. Prestar atención a los cambios en el hogar. Los pelos o materia fecal en rincones o contra los zócalos; las roturas, agujeros o rajaduras que se agrandan en diferentes espacios o elementos, los ruidos de correteos, pasitos, chirridos, arañazos en el techo o piso; o los olores particulares y persistentes, pueden indicar su presencia.
2. Limpieza con agua y lavandina. Ante cualquier sospecha, es conveniente limpiar los espacios con agua y lavandina. Pero atención, nunca se debe barrer, porque la orina de las ratas se craquela y al barrer levantamos esta sustancia casi invisible y la trasladamos a todos los ambientes de nuestra casa.
3. Revisar los productos que traemos del supermercado y eliminar packs, maples de huevo y limpiar latas. Muchos de ellos transportan orina de rata o cucarachas que contaminan los envases o empaques de productos que consumimos, que estaban almacenados en depósitos, donde generalmente, más de lo que nosotros creemos, rondan estas plagas.
4. Sellar aberturas. Tenemos que sellar cualquier posible entrada a la casa: puertas, ventanas, rajaduras, agujeros, grietas, aberturas de todo tipo, sobre todo haya mucha luz, porque eso atraerá a las ratas. Además, hacer lo propio con tuberías, taparrollos de cortinas o respiraderos.
5. Sellar y cerrar correctamente los tachos de basura. Cada uno debe tener una tapa ajustable para que estos permanezcan cerrados, ya sea dentro de nuestro hogar o en el patio. Si los dejamos abiertos las ratas comerán la comida que tengan a su alcance, cuanto menos comida tengan cerca, mejor será.
6. No dejar la comida de mascotas al aire libre o expuesta. Los alimentos de los perros y gatos tienen mucha grasa y eso atrae en gran manera a las ratas.
7. Utilizar las clásicas trampas de resorte pero con un pedacito de salame. Son muy efectivas y económicas. Debemos colocar un pedacito de salame con hilo, ya que a pesar de las creencias, este embutido es más irresistible que el queso. Tiene que estar atrás de la heladera o la cocina, ya que las ratas no tienen buena visión, y siempre camina contra la pared. Es muy importante que estén alejadas de los chicos y los animales para evitar su contacto.
8. No limitarse a tener gatos. Los gatos domesticados, que están en compañía de personas, y habituados a tener su comida y su lugar de descanso, pierden muchas veces el instinto de caza y eso no nos asegura que atrapará a las ratas que habitan nuestra casa. Eso se lo podríamos atribuir al gato vagabundo, que necesita de una presa que le facilite la supervivencia.
9. Descartar las máquinas repelentes ultrasónicas. Generan pequeñas señales ahuyentar a los ratones, pero los expertos afirman que no son efectivas dado que luego de un lapso de tiempo, las ratas se acostumbran a estos sonidos y no las afecta.
10. Contratar a un servicio de fumigación. Generalmente solemos improvisar y minimizar estos problemas y tratamos de resolverlo nosotros mismos, pero si nos enfrentamos a esta problemática, lo mejor será recurrir a expertos para evitar riesgos más altos.